3 nov 2011

NOTICIAS - Anciano minusválido clama al gobierno por pensión






Con una avanzada edad, sin piernas para movilizarse y ganarse el sustento diario, Felipe Vinicio Ayala, un anciano minusválido ha sobrevivido por la caridad de los habitantes de las poblaciones que visita semanalmente.







Con el rostro triste por hambre y la miseria, Ayala nos cuenta su historia con oratoria clara donde narra las vicisitudes por las que ha tenido que pasar desde 1982, cuando inició el trabajo de pedigüeño.





Recordó que su desgracia personal ocurrió cuando era empleado de la Compañía Pronalba, donde perdió ambas piernas, donde alega fue resarcido económicamente con 13 mil miserables pesos, que al poco tiempo de recibirlos se agotaron, teniendo que dedicarse a pedir para poder vivir.





El nativo de Bayacanes La Vega, refiere que a solo varias viviendas de una hacienda de campo, vive allí el alcalde ingeniero Alexis Pérez, del que aseguró ha reparado decenas de casas, pero la suya, dice no ha sido tomada en cuenta y se le cae encima.





En ese mismo orden señaló, que ha beneficiado a decenas de personas que físicamente pueden trabajar, en cambio y a pesar de sus clamores, no ha sido tomado en cuenta por el alcalde del Partido de la Liberación Dominicana.





Ayala quien tiene 28 años recorriendo ciudades de provincias del país, afirmó tener cayos en las nalgas de tanto ir y venir en busca de la generosidad de la población, la cual en ocasiones se torna indiferente a sus necesidades, por lo que clama al Gobierno Dominicano por una pensión económicamente justa, que le permita vivir sus últimos días en esta tierra de una manera más sosegada. El envejeciente en sus andanzas por la subsistencia recorre Puerto Plata, Samaná, Constanza, Jarabacoa, La Vega, San Francisco de Macorís, Santiago y Bonao, donde según describe aún la generosidad de la gente para extender ayudas a quienes verdaderamente lo requieren se hace posible. Felipe Vinicio Ayala, quien nació en agosto de 1939, cuenta con unos 72 años de edad, padece de diabetes y trastornos en los intestinos, es solo uno de los tantos desamparados que recorren las calles de ciudades de provincias del país en busca de que alguna autoridad del Gobierno actual dirija su mirada a él.